10 May 2014 La apropiación indígena de la comunicación: De acompañantes a sujetos comunicacionales
La comunicación es un proceso intercultural transformador asentado en la transmisión de conocimientos e información entre culturas, pueblos y personas en base al respeto y el reconocimiento del derecho de los otros y otras a expresarse y opinar con libertad por cualquier medio de expresión, sin limitación alguna.
Por lo que se refiere a los pueblos indígenas, la comunicación ha sido y es una fuente de formación, reconocimiento y sobrevivencia cultural. Ejemplos de ello, tenemos en la historia oral cotidiana, en la estética simbólica representada en tejidos, danzas y cerámica, por decir lo menos.
Para las culturas indígenas, la comunicación tiene una estrecha relación con el entorno ambiental y la biodiversidad que les rodea, pues la conjunción con la naturaleza es la base de toda la cosmogonía indígena latinoamericana.
La comunicación: Un derecho reconocido de los pueblos indígenas
Las lenguas son el principio básico de la reafirmación de las identidades indígenas y están reconocidas como un derecho fundamental en la Declaración de las Naciones Unidas sobre el Derecho de los Pueblos Indígenas: “….revitalizar, utilizar, fomentar y transmitir a las generaciones futuras, sus historias, idioma, tradiciones orales, sistemas de escritura y literatura …” (Art, 14).
Asimismo, en el Art. 16 de la misma Declaración se establece la Comunicación como el derecho de los/ las indígenas a contar con medios de información en lenguas propias, siendo obligación del Estado asegurar la presencia indígena en los sistemas mediáticos públicos y privados sin ninguna discriminación. (Art. 16).
En Bolivia, la Constitución Política del Estado –en el marco de un estado plurinacional, intercultural, democrático, pluricultural y plurilingüe– garantiza el derecho a la comunicación, a la información y a la libertad de expresión, asignando responsabilidades estatales en la creación de medios de comunicación comunitarios, (Arts.30, 106,107).
Un poco de historia
Vemos que en el país, por la fuerte oralidad de las culturas indígenas, hay una larga tradición de ejercicio de comunicación radial, que inicia en los años 55-60, un proceso de difusión e información de las culturas indígenas, promoviendo la integración y su aculturalización al mundo occidental.
A partir de los años 70, surgen otros esfuerzos comunicacionales que respondieron a iniciativas de comunicadores/as, a emprendimientos eclesiales –de“iglesia católica comprometida”– que impulsaron procesos político-comunicacionales en contra de la discriminación y la exclusión de la presencia y la visión indígena en los medios y en la sociedad boliviana.1
Sin embargo, será a partir de los años 2000 que se establece una diferencia fundamental en la comunicación indígena. Serán los y las indígenas quienes asuman la comunicación desde si mismos/as, convirtiéndose en actores, sujetos y difusores de sus propios mensajes, ya sea desde sus liderazgos políticos y sindicales, como desde el quehacer comunicacional como comunicadores/as y reporteros/as populares.
Toman radios y espacios comunicacionales, con una visión estratégica y política: la consigna es la transformación del Estado boliviano a partir de dos premisas: i) la instauración de una asamblea constituyente que refunde las bases de este estado y ii) la toma del poder político.
Para ello establecen una alianza entre las organizaciones indígenas y originarias más grandes del país2 y generan el Plan Nacional Indígena Originario de Comunicación Audiovisual, la Coordinadora Audiovisual Indígena (CAIB) y posteriormente esta iniciativa impulsa el Sistema Nacional de Comunicación Indígena Originario Intercultural, aún vigente.
Fueron estas organizaciones- acompañadas por el brazo técnico del CEFREC3– las que realizaron uno de los más completos y exhaustivos seguimientos comunicacionales y mediáticos al accionar de la Asamblea Constituyente (2006-2007).
Instrumento político para revertir relaciones de poder desiguales y coloniales
Desde el año 2005 con la presencia del Movimiento al Socialismo en el poder y con Evo Morales como primer presidente indígena, el posicionamiento indígena en los medios y la utilización de la comunicación como herramienta política de información, formación y divulgación se intensifican.
Se fortifica la Red Patria Nueva (ex Radio Illimani) y se crea el Sistema Nacional de Radios de los Pueblos Originarios, con 30 radios comunitarias de pueblos originarios funcionando en red.4 Esta importante inversión técnica y económica fue acompañada por el reconocimiento legal de la radiodifusión indígena y comunitaria a partir de un Decreto Supremo 29174 que constituye la norma nacional.
Uno de los objetivos de este Sistema Nacional es que las radios originarias se interconecten mediante noticieros en aymara, quechua y guaraní y que las comunidades y las organizaciones indígenas se apropien de este instrumento tanto programática como económicamente. Los niveles de involucramiento son disimiles y dependen del interés de las comunidades y de los gobiernos locales para solventar algunos gastos.
“…yo sufro harto, en el estudio. Tengo que encender la radio a las cinco de la mañana, para empezar la programación. Tengo que reportar a Patria Nueva y esperar una hora y media para tomar la señal del celular” (Valentín Colque, Radio Pinini).
La situación de las radios comunitarias e indígenas es precaria, tanto en su programación, como en el equipamiento y la sostenibilidad del personal técnico. No se cuenta, en muchos casos, con servicios de internet, equipamiento y personal adecuados.
A pesar de todos los tropiezos, las comunidades organizadas se van apropiando de los medios de comunicación y de sus contenidos. Sus dirigencias ya sean sindicales u originarias quienes están impulsando procesos de capacitación y de formación técnica y profesional de los y las comunicadores/as y reporteros/as indígenas para aportar más efectivamente en la construcción del Estado Plurinacional y en la descolonización de la comunicación, haciendo frente a “los grandes medios que nos quieren confinar a espacios comunicacionales de segunda, establecen estereotipos que refuerzan la visión colonial y patriarcal de nuestras sociedades” (Felipa Huanca, Secretaria Ejecutiva de la Federación Departamental de Mujeres Indígenas Bartolina Sisa).
Viendo el cuadro en la página anterior se concluye que los medios e instrumentos comunicacionales utilizados por los y las indígenas está concentrado en la radio por ser el medio más idóneo y cercano, ante la carencia en el país de redes de internet en áreas rurales y ciudades intermedias y el desconocimiento de las nuevas tecnologías comunicacionales, lo que está provocando importantes rezagos y brechas de conocimiento digital, sobre todo en mujeres e indígenas.
Un gran desafío estatal y de la sociedad en su conjunto será establecer espacios comunicacionales abiertos, flexibles, en ámbitos como son las redes sociales, las páginas web, la información por celulares, la transmisión de datos, el manejo de la imagen como testimonio y memoria, etc. con el fin de fortalecer una real democratización de los medios para que las exclusas de la discriminación étnica no se reproduzcan con otras facetas.
Es de destacar, la experiencia de CONAMAQ (Confederación de Ayllus andinos) que cuenta con un bagaje de manejo digital y tecnológico que les permite estar permanentemente comunicados a partir de las redes sociales y generando palestras de argumentación y discusión política.
Asimismo se pudo observar que los medios escritos (matutinos, semanarios y revistas) y televisivos tampoco son espacios ganados por la comunicación indígena. A pesar de que muchos municipios rurales cuentan con canales de televisión locales, los contenidos que se difunden no reflejan la comunicación como un rescate de las identidades indígenas, la programación se caracteriza por películas “enlatadas” alienantes que distorsionan la realidad y destruyen los valores comunitarios.
Lo positivo y concreto en este período, es el reconocimiento implícito de las identidades e idiosincrasia indígena manifiesto en el incremento de programas indígenas y con temáticas indígenas, de locutores/as indígenas en programas no indígenas, de programas, mesas radiales, cuñas y microprogramas difundidos en lenguas originarias en horarios estelares de audiencia.
También en la prensa escrita, se observan artículos de opinión estructurados y expresados en aymara y/o quechua, lo cual testimonia que las transformaciones societales se están reflejando en el imaginario y en los espacios mediáticos.
Las mujeres indígenas: las grandes ausentes en los medios de comunicación.
“… Hay que fortalecer espacios radiales para expresarnos en nuestra propia lengua, mostrando nuestros conocimientos. Las mujeres somos las ausentes, hay que tomar el micrófono sin miedo, sin temor a las discriminaciones, de lo contrario siempre vamos a ser oyentes nomás…” (Entrevista a Margarita Poma, indígena aymara, reportera popular del municipio de Achacachi).
Aunque la presencia de las mujeres indígenas en espacios de representación se ha incrementado significativamente desde el 2006: más del 30% en concejos municipales, alrededor de un 15% en la Asamblea Plurinacional y un 25% en las Asambleas Departamentales, este número no se refleja en la información que sobre ellas es difundida cotidianamente por los medios de comunicación indígenas y no indígenas.
Esto demuestra una visión patriarcal del rol de las mujeres y una invisibilización de su accionar en los cargos de representación. En ello, los y las comunicadores/as establecen una negación implícita al cambio porque refuerzan los roles de género establecidos, minimizando los aportes de las mujeres al proceso de transformación boliviano.
Tal vez, nuevas formas y mecanismos de comunicación se conviertan en opciones reales de democratización de la comunicación rompiendo con la subordinación de género. Algunas organizaciones de mujeres indígenas ya lo están avizorando con mucho acierto esta situación por lo que han impulsado políticas de capacitación en el manejo y producción de materiales comunicacionales; de información y conocimiento de las herramientas digitales, lo que demuestra la importancia que las mujeres indígenas le dan a la comunicación y al carácter estratégico de la misma para el logro de sociedades más mas iguales.
“La esperanza son las mujeres jóvenes que ya manejan la tecnología y tienen que utilizarla en beneficio de sus comunidades, porque hay mucha gente que ni leer sabe…” (Rufina Condori. Encuentro deliberante- La Paz).
En Bolivia los caminos ya están abiertos por polleras al viento y ojotas que marchan raudas e incontrolables hacia nuevos derroteros, en la búsqueda de imaginarios societales y comunicacionales más inclusivos y más justos. n
Notas
1. Tal es el caso de Radios Católicas: San Gabriel “La Voz del Pueblo Aymara” emisora fundada por los Padres Maryknoll en 1955, Acción Cultural Loyola dirigida al pueblo quechua (1966) y otras como el Centro de comunicación radiofónica (CEPRA) en 1981 y CDIMA, el Centro de investigación y fortalecimiento de la mujer aymara, fundado en 1989, siendo pionero en este trabajo.
2. El Plan estuvo avalado por las Confederaciones de campesinos indígenas originarios (CSTUCB), la similar de Mujeres Bartolina Sisa, (CNMIOCBS), la Confederación de Markas y Ayllus del Qollasuyo,(CONAMAQ), la Confederación de Sindicatos Interculturales( CSICB) y la de Indígenas del Oriente Boliviano ,(CIDOB).
3. CEFREC es el Centro de Formación y Realización Cinematográfica, asentado en La Paz y fundado en 1989.
4. Véase información adicional en http://www.patrianueva.bo/
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