El retorno de Lula y la esperanza de la reconstrucción del ambiente democrático
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El retorno de Lula y la esperanza de la reconstrucción del ambiente democrático

Jairo Faria Guedes Coelho

En el año de 2023, Brasil ve una nueva oportunidad de cambios con un tercer mandato de Luiz Inácio Lula da Silva en la presidencia. Con un tono más moderado y de expresada coalición, el nuevo gobierno enfrenta un país dividido y alerta a las amenazas en contra de sus instituciones democráticas.

La comunicación digital, quizás más que los medios tradicionales, cumple un papel fundamental en este escenario, un proceso que se ha empezado a notar más claramente diez años atrás. En este artículo veremos una perspectiva sobre la historia de cómo ha crecido una ola de odio y polarización de la sociedad brasileña estimulada por gotas de desinformación que se fueron acumulando y sumando a otras estrategias de manipulación y abusos de poder.

¡El gigante despertó!

En junio de 2013 observamos en Brasil una ola de protestas,1 en lo que parecía ser un camino para una reconciliación nacional de la población. La movilización de múltiples actores por las redes sociales y el apelo por manifestaciones sin bandera partidaria fueron marcas de las llamadas Jornadas de Junio. Pero lo que parecía ser un levante popular que clamaba haber “despertado el gigante” ha revelado contradicciones de una sociedad aún muy marcada por el conservadurismo.2

Las manifestaciones generaron movimientos que se decían independientes, pero que en el fondo eran financiados y apoyados por gente muy rica y poderosa. La acción de estas organizaciones, a ejemplo del MBL3 (Movimiento Brasil Libre, en libre traducción), generó en Brasil un sentimiento de odio externalizado en las más diversificadas plataformas digitales. De ahí surge un fenómeno que pasó a ser común en el país, en que personas, principalmente mayores, empezaron a emitir opiniones políticas con informaciones distorsionadas utilizando aplicaciones de mensajes, principalmente el Whatsapp. La diseminación de desinformación en Brasil empieza a ser percibida con más intensidad a partir de ese momento.

Así, tenemos un escenario en el que la crisis y la incertidumbre se han convertido en la tónica de la crónica política brasileña, por lo que las noticias falsas comienzan a ser catalogadas como rumores debido a su carácter no verificado, la incertidumbre del contexto, la relevancia social, la circulación de información y por no sólo dar sentido a un escenario de incertidumbre, sino también por dar sentido a un proceso de construcción negativa de la imagen de la Presidenta Dilma y del Partido de los Trabajadores, así como por ayudar como elementos de justificación del contexto de crisis. (PIAIA, 2018, p. 29, traducción libre)

Sobre ese momento, nos cabe hacer un paréntesis contextual. En 2014, año electoral, Brasil venía de tres mandatos del Partido de los Trabajadores (PT), dos ejercidos por Luis Inácio Lula da Silva, más conocido como Lula, y un mandato de su nombrada Dilma Rousseff, la cual tenía menos apelo popular y menos aptitud para la política.4 En las elecciones del 2014 Dilma concurría a su segundo mandato teniendo como vice a Michel Temer, conocido articulador político en el parlamento brasileño. En el primer mandato de Dilma, el vice Temer tuvo una participación no muy expresiva en términos mediáticos y políticos, pero al ganaren las elecciones para el segundo mandato, el carácter articulador de Temer se reveló de forma más contundente. Veíamos en ese momento una creciente ola de odio que dominaba gran parte de la población, estimulada por una crisis económica (nacional y mundial) y denuncias de corrupción5 que asolaban importantes figuras del campo económico y político brasileño, entre ellas varias vinculadas directamente al PT.

Así, teníamos, entre los años de 2014 y 2015, al menos tres factores importantes reunidos en la sociedad brasileña: 1) procesos de producción y distribución de contenidos de desinformación, principalmente a través de plataformas digitales; 2) un “antipetismo” creciente estimulado por la ola de sentimiento de odio y la indignación de parte de la población con los dirigentes políticos del país; 3) una articulación política que involucraba actores de los tres poderes de la República (ejecutivo, legislativo y judiciario) en contra de las políticas adoptadas por la presidencia. Estaba armado el escenario perfecto para el impeachment de la presidenta electa.

El golpe

El 31 de agosto de 2016 se efectúa lo que muchos denominan un golpe institucional, que llevó al impedimento de Dilma Rousseff y la ascensión de Michel Temer a la presidencia. En uno de sus primeros actos como presidente, Temer extermina el Consejo Curador de la Empresa Brasil de Comunicación (EBC)6 y elimina el mandato del director-presidente de la Empresa, dando poderes para que el presidente de la república pueda nombrarlo cuando quiera. El caso de la extinción del Consejo Curador de la EBC es un ejemplo de los tantos abusos cometidos por Temer en contra de la comunicación pública en el país y las constantes amenazas de transformar la empresa de comunicación pública en herramienta para propaganda de gobierno.7

Las elecciones de 2018 llegan en un contexto de un Brasil muy polarizado. En los años anteriores, una figura popular de la extrema derecha ya se ascendía como candidato a presidente de la República. El nombre de Jair Messias Bolsonaro, un militar de la reserva que ya llevaba varios mandatos seguidos como diputado federal y figura popular por sus discursos homófobos y reaccionarios, aparecía con más fuerza en el escenario, principalmente con la detención de Lula en el ámbito de la operación “Autolavado”.8 Ese hecho se dio el día 7 de abril de 2018, fecha en la cual Lula ya anunciaba su candidatura a la presidencia teniendo como candidato a vice Fernando Haddad – ex alcalde de la ciudad de São Paulo, también del PT. La candidatura de Lula fue denegada por la corte del Tribunal Superior Electoral (TSE) y Haddad se candidata a la presidencia, avanzando a la segunda ronda y perdiendo las elecciones contra Bolsonaro.

Democracia en la cuerda floja

El mandato de Bolsonaro en la presidencia fue marcado por numerosas acciones de irrespeto a instituciones e injerencia sobre cargos y competencias. Las articulaciones hechas por el nuevo presidente durante la campaña empezaban a mostrar sus fragilidades, de un lado, y otras alianzas se han fortalecido, principalmente en el ámbito del Congreso Nacional. Ejemplo de cómo se daba la interferencia del presidente en los cargos e instituciones es el episodio de la renuncia del ex juez Sergio Moro al Ministerio de Justicia y Seguridad Pública.9 Moro, que había sido el juez responsable por llevar Lula a la cárcel y enseguida se constituyó como grande aliado de Bolsonaro en las políticas de seguridad, dejaba el cargo por entender que el presidente interfería de manera indebida al destituir el director de la Policía Federal – en un momento donde los hijos del presidente eran investigados por dicha institución.

Otro hecho importante de ese momento fue la soltura de Lula, y la anulación de su condena por la Suprema Corte brasileña.10 Los ministros del Supremo Tribunal Federal decidieron por anular las condenaciones tras la comprobación de la parcialidad de Moro en los casos en que juzgó a Lula. Las denuncias de parcialidad surgieron principalmente de materias publicadas por la agencia de noticias The Intercept Brasil,11 en el caso que dio a conocer como “Vazajato” (en alusión a la fuga de datos de mensajes intercambiados principalmente entre el ex juez y el promotor que condenaron a Lula).

En el campo de la comunicación, una de las principales heridas que deja el gobierno Bolsonaro es sobre la libertad de prensa. Según los datos de la organización Reporteros Sin Frontera, ya en 202012 Brasil retrocedió dos puestos en la clasificación de riesgos para la libertad de prensa – llegando a la posición número 107 – y en 202213 llega a la 110ª posición. Más allá de los ataques cometidos a periodistas profesionales, el aumento de desinformación diseminada por las redes sociales ha sido muy marcante en los últimos años en Brasil. La Suprema Corte Federal investiga la articulación de un “gabinete del odio”, creado para generar opinión pública favorable al gobierno de Bolsonaro a partir de la diseminación de contenidos falsos y compuesto por un “todavía indefinido entramado político y empresarial ocupado en deslegitimar la información elaborada por la prensa” (Pérez, 2020).

Durante los períodos más críticos de la pandemia del COVID-19 se ha podido ver de manera más evidente la forma como esas redes se han conformado, y el discurso de Bolsonaro – en contra de las vacunas y de las medidas sanitarias, y a favor de procedimientos no comprobados científicamente – generó una división en grande parte de la sociedad, en un contexto en que el acto de usar o no usar la mascarilla, por ejemplo, se cambió en un símbolo de posición político-partidaria. Las tantas distorsiones y los intereses por tras de la desinformación fueron denunciados por la Comisión Parlamentaria de Inquérito (CPI), que analizó los actos del gobierno durante la pandemia del COVID-19, finalizada en octubre del 2021.14 A fin de blindarse de las denuncias que se acumularon en sus años de gobierno, Bolsonaro utilizó la Ley de Acceso a Informaciones para imponer sigilo de 100 años15 a varias de las informaciones que pudiesen comprometer a él, a su familia y/o a sus correligionarios. 

En 2022, el gobierno, con el apoyo de parte del Congreso Nacional, adopta diversas medidas para reunir electores suficientes para una posible reelección, entre ellas la aprobación, a menos de tres meses del inicio de la campaña electoral, de una Propuesta de Enmienda a la Constitución (PEC) bautizada de “PEC Kamikaze”16 que establece algunos beneficios sociales y permite la utilización de recursos fuera del presupuesto anual. La campaña fue marcada por una fuerte polarización y acusaciones, principalmente entre los candidatos Lula y Bolsonaro. Otros candidatos han intentado competir en la primera ronda de las elecciones, apostando en lo que se conformó llamar “una tercera vía”, en una elección que, sin embargo, ya se veía muy dividida entre los dos principales candidatos.

A pesar de todas las invertidas populistas del gobierno de turno, Lula gana en la segunda ronda con 50,9% de los votos válidos, con una diferencia de poco más de 2 millones de votos en un universo de más de 120 millones de votantes.17 Para ello, Lula contó con una gran coalición y apoyo de actores que en otras ocasiones llegaron a ser sus enemigos políticos, entre ellos el vice electo, Geraldo Alckmin, y la tercera candidata más votada en la primera ronda, Simone Tebet.18 Las declaraciones de esos personajes fueron en el sentido de una reconstrucción del escenario democrático amenazado por las diversas prácticas adoptadas por el gobierno que finaliza.

Grande pacto para la reconstrucción de la democracia

En sus primeros discursos tras ganar las elecciones el día 30 de octubre de 2022 y ser diplomado como presidente electo poco más de un mes después, Lula deja muy claro que uno de los grandes desafíos que enfrentará en su mandato es la reconstrucción de una democracia amenazada por mentiras e intereses políticos y económicos. Según él:

La democracia no nace por generación espontánea. Necesita ser sembrada, cultivada, cuidada con mucho cariño por cada uno, todos los días, para que la cosecha sea generosa para todos. Pero además de ser sembrada, cultivada y cuidada con sumo cuidado, la democracia necesita ser defendida todos los días de quienes intentan, a toda costa, someterla a sus intereses económicos y ambiciones de poder.19

En 27 de octubre de 2002, al ser diplomado por primera vez como presidente de la República de Brasil, Lula ya expresaba20 su respeto a las instituciones democráticas y a sus adversarios políticos. Pero el Lula de 20 años después no es el mismo, y tampoco lo es el Brasil que va a enfrentar en estos próximos cuatro años. Ahora Lula, “como nunca antes se ha visto en este país” va a tener que consolidar alianzas y dialogar con muchos más actores, con el desafío de no dejar de hablar con los que más necesitan. Además, la ola de desinformación sigue atormentando el ambiente democrático brasileño, y nuevas protestas de grupos golpistas que no aceptan la derrocada de Bolsonaro van surgiendo.

En este contexto, devolver la normalidad institucional es un reto urgente, e invertir en políticas públicas que generen mecanismos de defensa contra la manipulación y la desinformación es más que necesario. El fortalecimiento de una comunicación pública transparente e independiente de intereses gubernamentales, por un lado, y el diálogo con los grandes conglomerados mediáticos que cuidan de las más diversas plataformas – sea a través de intervenciones reglamentarias o por incentivos de autorregulación -, por otro, será de extrema importancia para la solidificación de un ambiente que evite hechos con los cuales ya hemos aprendido suficientemente en los últimos diez años.

Notas

1. Ver más en: https://g1.globo.com/politica/noticia/junho-de-2013-as-manifestacoes-nas-manchetes-do-g1.ghtml

2. Ver más en: https://midianinja.org/natalysantiago/cinco-anos-depois-de-junho-de-2013/

3. Ver más en: https://theintercept.com/2020/07/11/mbl-luciano-ayan-renan-santos-fake-news/

4. En las palabras del propio Lula, Dilma no tiene “la paciencia que la política exige”. Disponible en: https://www.correiobraziliense.com.br/politica/2022/01/4980393-lula-diz-que-dilma-nao-tem-a-paciencia-que-a-politica-exige.html

5. Ver más en https://www.politize.com.br/mensalao-o-que-aconteceu/

6. La Empresa Brasil de Comunicación (EBC) fue fundada en 2008 por la Ley n. 11.652, con la finalidad de implementar los servicios de radiodifusión pública en ámbito nacional. La institución de la EBC, y del canal público TV Brasil, fue celebrada por diversos sectores que luchan por la democratización de la comunicación en Brasil. El Consejo Curador de EBC era una instancia con participación de varios sectores de la sociedad que tenía poderes para establecer directrices y lineamientos editoriales para la EBC. En su lugar, las nuevas normas han establecido un Comité Editorial de Programación, que nunca llegó a reunirse.

7. Ver más en http://www.fndc.org.br/noticias/governo-temer-enterra-comunicacao-publica-924849/

8. Ver más en https://es.wikipedia.org/wiki/Operaci%C3%B3n_Autolavado

9. Ver más en https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-52417548

10. Ver más en https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-62987279

11. Ver más en https://theintercept.com/series/mensagens-lava-jato/

12. Ver clasificación de 2020 en https://www.rsf-es.org/clasificacion-mundial-2020-la-libertad-de-prensa-en-el-mundo/

13. Ver clasificación de 2022 en https://rsf.org/es/clasificacion?year=2022

14. Ver más en https://legis.senado.leg.br/comissoes/comissao?codcol=2441

15. Ver más en https://g1.globo.com/politica/noticia/2022/11/03/sigilo-de-100-anos-veja-quem-criou-e-como-funciona.ghtml

16. Ver más en https://www1.folha.uol.com.br/mercado/2022/06/pec-kamikaze-entenda-o-que-esta-por-tras-da-proposta-que-quer-destravar-programas-sociais.shtml

17. Ver más en https://resultados.tse.jus.br/oficial/app/index.html#/eleicao/resultados/cargo/1

18. Ver más en https://www.cnnbrasil.com.br/politica/tebet-oficializa-apoio-a-lula-contra-bolsonaro-no-segundo-turno/

19. Trecho retirado del discurso de Lula en su diplomación como presidente electo en 12 de diciembre de 2022. Disponible en: https://www.cnnbrasil.com.br/politica/leia-a-integra-do-discurso-de-lula-em-diplomacao/

20. Ver íntegra del discurso en https://www1.folha.uol.com.br/folha/brasil/ult96u41590.shtml

Referencias bibliográficas

Piaia, Victor Rabello. Rumores, fake news e o impeachment de Dilma Rousseff. Revista Teoria e Cultura. Programa de Pós-Graduação em Ciências Sociais, UFJF, v. 13, n. 2. Rio de Janeiro, Diciembre de 2018. Disponible en: https://periodicos.ufjf.br/index.php/TeoriaeCultura/article/view/12427/7486

Pérez, Luna Gámez. Violencia contra periodistas en Brasil durante el gobierno de Jair Bolsonaro. Dossier especial. Jornada de Estudios en Chambéry, Francia, 2021: 1-16 Julio-Diciembre. DOI10.15517/rr.v0i0.44033. Disponible en: https://revistas.ucr.ac.cr/index.php/reflexiones/article/view/44033

Jairo Faria Guedes Coelho: doctorado (2019) por el Programa de Posgrado en Comunicación de la Universidad de Brasilia (UnB). Ha sido investigador visitante en el Centro de Estudios de Comunicación y Sociedad (CECS) de la Universidad de Minho (Portugal) y becario de doctorado del programa Capes Sandwich en el marco del proyecto “Políticas de comunicación, radiodifusión pública y ciudadanía: subvenciones para el desarrollo sociocultural en Portugal y Brasil”. 

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